
No se puede pasar un solo día sin tener un impacto en el mundo que nos rodea. Lo que hacemos marca la diferencia, y tenemos que decidir qué tipo de diferencia queremos hacer.
–Jane Goodall, 1934
Es muy cierto que cada día es más necesario que cada individuo en cada sociedad tenga conciencia sobre cómo sus actividades impactan al medio ambiente, y cómo se puede hacer de este impacto algo positivo. Para ello comencemos con saber qué son las tecnologías medioambientales. Shrivastava las definía como “los equipos, métodos y procedimientos de producción, diseños de productos y mecanismos para su distribución que conservan la energía y los recursos naturales” (Brío y Junquera, 2002). Ahora bien, quizá te preguntarás si la tecnología es la que constantemente nos lleva a contaminar y dañar al medio ambiente. Entonces, ¿cómo podría la tecnología permitirnos desarrollar una conciencia ambiental?
Algunas ideologías consideran que la aplicación de nuevos avances tecnológicos es una gran desventaja para países que están en vías de desarrollo o por debajo de este, y no meramente por los recursos económicos que su implementación traería consigo, sino por la simple falta de flexibilidad en las políticas ambientales de algunos países; de ahí que Brío y Junquera presentan la siguiente hipótesis: “un mayor nivel de exigencia en la regulación medioambiental de un sector influye positivamente sobre la decisión de implantar sistemas de gestión medioambiental”.
Sin embargo, aunque lo anterior pareciera suficiente, no lo es, pues la conciencia ambiental no solo se trata de la gestión e implementación de nuevas tecnologías, se trata de “ese equilibrio entre lo ecológico, lo social y lo económico, esa garantía de que las generaciones presentes puedan satisfacer sus necesidades sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras de hacer lo propio” (Gomera, 2008). Aunque en ocasiones pareciera complejo alcanzar ese nivel de conciencia, en realidad no lo es, pues la conciencia también se trata de las pequeñas acciones que realizamos día con día: el ejemplo que dan los padres a sus hijos, lo que le permites a tus amigos y lo que no te limitas. Acciones tan sencillas como levantar tu basura, llevarla a donde corresponde, y separarla pueden tener un gran impacto en el mundo en el que vivimos. Acosta (2009) dijo que “Las tecnologías medioambientales son tan comunes y diversas en nuestra economía, que es muy difícil definirlas con precisión.” Así que queda en ti, seguir creciendo esa conciencia o destruir un posible futuro del mundo.
Referencias:
Acosta. P, Cohén. A, Suarez. D, (2009). Impacto de la gestión tecnológica en el medio ambiente. Recuperado de: Impacto de la gestión tecnológica en el medio ambiente (scielo.org)
Brío. J, Junquera. B. (2002). Implementaciones organizativas de la introducción de tecnologías medioambientales en las empresas. Recuperado de: Implicaciones organizativas de la introducción de tecnologías medioambientales en las empresas: un estudio empírico de España – Dialnet (unirioja.es)
Gomera. A, (2008). La conciencia ambiental como herramienta para la educación ambiental: conclusiones y reflexiones de un estudio en el ámbito universitario. Recuperado de: Microsoft Word – Plantillareflexiones.doc (saneambiente.co)
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