Quizás por la cercanía con nuestros vecinos del norte, la discusión sobre un México dolarizado reaparece de forma cíclica, impulsada por episodios de volatilidad cambiaria, comparaciones con economías como Ecuador o El Salvador y propuestas políticas que prometen “estabilidad inmediata” mediante la adopción del dólar. No obstante, sin un análisis económico serio, histórico y teórico, no podemos determinar si dolarizar sería una decisión correcta o profundamente costosa para México. Las razones en contra no sólo involucran la pérdida del control monetario, sino también efectos estructurales que afectarían la estabilidad macroeconómica, la autonomía política y la capacidad redistributiva del Estado (La Silla Rota, 2023).
Comencemos por la historia económica mexicana: ésta muestra que la dolarización, definida como “la medida en que las transacciones reales y financieras se realizan en dólares en vez de moneda nacional” (Ortiz, 1981, p. 2), ha ocurrido de manera espontánea en momentos de incertidumbre, pero nunca ha implicado que el país funcione mejor bajo un régimen dolarizado. Como documenta Guillermo Ortíz en su estudio histórico sobre los depósitos en pesos y dólares en el sistema bancario (1933–1980), los picos de dolarización coincidieron sistemáticamente con crisis políticas, expectativas de devaluación o recesiones internacionales, destacando 1940, 1954, 1957–58 y 1976 como momentos críticos (Ortiz, 1981). En cada caso, la sustitución de moneda fue un síntoma de incertidumbre, no un mecanismo de corrección estructural. Incluso en los episodios donde el dólar se volvió un “refugio”, la economía sólo se estabilizó cuando recuperó un régimen monetario propio y coherente, no cuando se profundizó la sustitución de monedas (Ortiz, 1981).
Ortíz también demuestra que, aun cuando la dolarización aumentaba temporalmente, la demanda por moneda nacional se mantenía estable y los agregados monetarios internos continuaban siendo útiles para conducir la política económica (Ortiz, 1981). Esto significa que México, a diferencia de economías pequeñas, altamente dependientes de divisas o incapaces de sostener bancos centrales funcionales. Sí posee los fundamentos institucionales y financieros para mantener su moneda. La dolarización inducida por crisis nunca sustituyó al peso como unidad de cuenta, medio de pago o reserva de valor de largo plazo; por tanto, renunciar al peso sería injustificado desde una perspectiva técnica.
A nivel teórico, la literatura en economía monetaria coincide en que la dolarización elimina dos instrumentos esenciales: la política monetaria y el señoreaje. Según Olivier (2020), la sustitución plena de moneda implica que la economía queda sujeta a los ciclos macroeconómicos de la potencia emisora, sin posibilidad de ajustar tasas de interés o expandir la base monetaria ante choques internos. Para economías con alta volatilidad regional como México, donde conviven sectores exportadores, regiones industriales y amplias zonas rurales con dinámicas propias. El depender del ciclo monetario estadounidense sería no sólo ineficiente, sino regresivo. La Reserva Federal no diseña su política pensando en los precios del maíz, los salarios en Oaxaca o la inversión manufacturera en Nuevo León.
A esto se suma el costo de perder el señoreaje, es decir, los ingresos derivados de emitir moneda y que permiten financiar parte del gasto público sin recurrir a impuestos. Como advierte La Silla Rota (2023), México transferiría este beneficio directamente a Estados Unidos, renunciando a miles de millones de pesos que hoy financian programas sociales, infraestructura y estabilidad financiera. La dolarización no elimina los riesgos de mala gestión fiscal: sólo elimina herramientas, no malas decisiones.
Además, dolarizar no garantiza la reducción automática de la inflación. La experiencia de Ecuador y El Salvador muestra que, si bien la inflación se estabilizó, los salarios reales se estancaron, la competitividad externa se deterioró y las economías quedaron expuestas a choques externos sin amortiguadores locales (La Silla Rota, 2023). La estabilidad nominal se compró al costo de un menor crecimiento potencial y una capacidad reducida para responder a crisis. En un país de la escala de México, que cuenta con comercio diversificado, industria exportadora integrada al T-MEC y un banco central autónomo. Podemos asegurar que los costos serían aún mayores.
Finalmente, existe un riesgo político profundo: la dolarización implica ceder soberanía económica. La autonomía del Banco de México, construida tras décadas de reformas y responsable de mantener la inflación bajo control por más de veinte años, quedaría anulada. El tipo de cambio dejaría de ser una variable que ajusta desequilibrios externos; México perdería instrumentos de estabilización y se volvería más vulnerable a shocks globales. En otras palabras, la dolarización es una renuncia, no una solución (Olivier, 2020).
En conclusión, las razones para no dolarizar México son sólidas desde la evidencia histórica, la teoría económica y la experiencia internacional. México no necesita dolarizar: necesita instituciones fiscales más robustas, disciplina presupuestaria y continuidad en la autonomía monetaria. La dolarización, lejos de ser un atajo hacia la estabilidad, podría convertirse en una camisa de fuerza que limitaría la capacidad del país para enfrentar sus propios desafíos macroeconómicos. El peso, aunque perfeccionable, sigue siendo un instrumento esencial para el desarrollo económico mexicano; renunciar a él sería renunciar a la posibilidad de conducir nuestro propio futuro económico.
Referencias
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“¿Es Posible Dolarizar América Latina? – Relial.” Relial.org, 2024, relial.org/es-posible-dolarizar-america-latina/. Accessed 27 Nov. 2025.
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Farías, Olivares. “Costos Y Beneficios de Una Dolarización Oficial En México (Costs and Benefits of Official Dollarization in Mexico).” Daena: International Journal of Good Conscience, vol. 6, no. 2, 2011, pp. 54–82, philarchive.org/archive/OLICYB. Accessed 27 Nov. 2025.
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—. “Costos Y Beneficios de Una Dolarización Oficial En México (Costs and Benefits of Official Dollarization in Mexico).” Daena: International Journal of Good Conscience, vol. 6, no. 2, 2011, pp. 54–82, philarchive.org/archive/OLICYB. Accessed 27 Nov. 2025. MORA, INSTITUTO. “La Dolarización Y Por Qué México No Debería Implementarla.” La Silla Rota, 2023, lasillarota.com/opinion/columnas/2023/6/3/la-dolarizacion-por-que-mexico-no-deberia-implementarla-431428.html. Accessed 27 Nov. 2025.