La evolución de la mujer en México: Una lucha continua

La evolución de la mujer en México: Una lucha continua

Cada negación, burla y barrera que nos enfrentamos como mujeres, aunque desafortunada, misógina e indebida, nos empodera; no gracias a los hechos mencionados, sino con el fin de redimir a las víctimas y evitar que aumenten. La presidencia femenina en la Cámara de Diputados o en la Comisión Nacional de Derechos Humanos no significa que la paridad se ha  logrado o que la lucha feminista es una exageración. Hoy sigue siendo esencial exigir nuestros derechos, no solo por las mujeres de hoy o mañana, sino por todas las que nos precedieron en el esfuerzo. Si dejamos de pelear ahora, ¿qué habremos logrado?

Muchos recordarán a Madero o Zapata por su labor en la Revolución, pero nombres como el de Dolores Jiménez y Muro quedan olvidados. Jiménez, una maestra y activista, redactó el prólogo del Plan de Ayala y fundó Hijas de Cuauhtémoc en 1910, de las primeras organizaciones feministas del país. Vale la pena recordar a Elvia Carrillo Puerto, de las primeras mujeres en ser electa a un congreso estatal a pesar de aún no reconocerse su derecho al voto. Tuvieron que pasar 23 años para que por fin, en 1946 se aprobara la reforma al artículo 115 Constitucional, otorgando a las mujeres la posibilidad de votar y ser votadas en elecciones municipales. No fuimos ciudadanas por ley hasta 1953 cuando se otorgó el derecho al voto para la mujer a nivel nacional.

Los avances en igualdad de género continuaron este último siglo. En el 2002 se reformó el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales para obligar a los partidos políticos a postular a mujeres en al menos 30% de los puestos de elección popular. La misma obliga a las listas plurinominales estar compuestas de una mujer por cada tres hombres; aunque lejos de igualitario, es un avance. La Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres fue creada para regular y garantizar la igualdad entre los géneros. La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia se creó con el propósito de prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. Leyes como estas son el primer paso para que la paridad se refleje en la práctica. No es que queramos tener normas dedicadas a nosotras, sino que México ha sido incapaz de valorarnos y ahora tiene que exceder sus esfuerzos para ver un cambio.

Entre los cambios que quedan por hacer: la inclusión de la perspectiva de género en la Constitución. Aunque se incluye en el artículo tercero y en el artículo 21, no se incluye en relación al poder legislativo o judicial. En cuanto a leyes que protegen a menores, en el 2018 se reformó el Código Civil del Estado de Nuevo León para por fin prohibir el matrimonio infantil. Sin embargo, el Código no prohíbe la minoría de edad en el concubinato, lo cual puede tener las mismas repercusiones. Además, no es incluyente a parejas del mismo sexo. Por último, el artículo 333 del Código Penal Federal pudiera agregar “motivos socioeconómicos” junto con  “imprudencia de la mujer embarazada, o cuando el embarazo sea resultado de una violación”, como instancia en la cual el aborto puede ser no punible. 

En fin, nuestro avance es claro, pero eso no quiere decir que nos debamos conformar. Hasta que no dejen de matar a mujeres por el simple hecho de ser mujeres y hasta que la legislación no nos habilite sobresalir como a los hombres, no hay porqué descansar, y no lo haremos. 

Foto recuperada de New York Times

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