
La educación en México “es un derecho fundamental y un bien público”, según lo señala la Oficina Regional para América Latina y El Caribe (OREALC), organismo perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OREALC-UNESCO, 2007); por ello es que es un tema de suma importancia que si bien ha dado de qué hablar desde hace varios años, la llegada de la pandemia del COVID-19 le dio el auge que necesitaba para que como ciudadanos observemos y resolvamos los problemas que ignorábamos, pues estos crecen cada día más y es más fácil observarlos en la educación pública a nivel básico.
El mayor impacto del rezago escolar se observa en el sector público de la educación, algunas de las causas de la deserción escolar, el analfabetismo y las demás variantes que conforman el concepto de rezago, se presentan en dilemas cómo lidiar con un solo dispositivo electrónico para el uso varios integrantes de la familia, así como la falta de recursos para adquirir dichos dispositivos o acudir a cibers con el fin de cumplir las actividades escolares.
Sin embargo, el mayor problema es la falta de interés de algunos padres de familia en enseñarle a sus hijos, pues en redes sociales se han visto, a manera de broma, muchos casos en los que los padres prefieren darle las respuestas a los menores para que aprueben las materias en lugar de enseñarles a encontrar sus soluciones; sin generalizar y a manera de enfoque personal he escuchado a padres decir que los profesores no pueden reprobar a los alumnos, así que prefieren no hacer las actividades encargadas, y sus comentarios tienen como fundamento el Acuerdo Conclusión Ciclo Escolar 2020-2021 publicado en el portal de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (COFEMER). Este dice que los alumnos de nivel primaria y secundaria no podrán ser retenidos en el grado escolar en el cual se encuentran inscritos y que su calificación mínima deberá ser 6- seis. Entonces, en realidad estamos ayudando a los alumnos a aprender o a que sigan creciendo con carencias educativas, pues desde el enfoque jurídico, algunos padres de familia no están respetando el derecho a la educación que garantiza nuestra Constitución en su artículo tercero.
Hasta el día de hoy, es complicado ver las consecuencias de los conflictos antes mencionados. Sin embargo, esas consecuencias se verán reflejadas el día de mañana cuando los actuales niños y adolescentes tengan capacidad de ejercicio, cuando ellos sean los que tomen las decisiones por las sociedades. Así que te pregunto lector, ¿qué estás haciendo para combatir el rezago escolar?
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